Cómo fue la producción de petróleo en toda la pandemia

La producción de petróleo en Neuquén empieza a estabilizarse de a poco, y si bien en julio llegó a los 156.774 barriles diarios (bdp/d), aún está por debajo de los números de marzo, previo a la caída por la pandemia.

Para leer el escenario, hay que entender dos variables que se cruzan. Una es la producción de crudo que se recuperó porque en julio porque se pudo exportar el 40% desde Vaca Muerta, ante la falta de demanda en el mercado interno. La otra es la caída de las etapas de fractura que de alguna manera marcan el pulso de la economía con toda la cadena de empresas de servicios asociadas a la economía de la provincia de Neuquén.

Marzo fue el mes de mayor producción previo a la pandemia, con 169.683 bdp/d, un número que se corresponde además con las 441 etapas de fracturas que se hicieron en la provincia. Según entienden desde el sector, ya se sabía el clima denso que se venía con el coronavirus, y las operadoras apuraron la actividad por el panorama.

En abril, en plena cuarentena estricta y con la baja total de los equipos en la Cuenca Neuquina (había 29 que se paralizaron), la producción cayó de 169.683 bdp/d de marzo a 133.802 bdp/d de ese mes. Fue un 21,1% y Vaca Muerta literalmente se cerró, con una caída a cero de las fracturas.

En mayo, la producción siguió cayendo: fueron 130.985 bdp/d en Neuquén con el piso más bajo de la pandemia y con un 29% de caída respecto de los niveles de marzo. Y las etapas de fractura apenas si fueron 28, ejecutadas por algunas pocas operadoras, que ya veían la oportunidad del Plan B de Vaca Muerta asociado a la exportación de petróleo, por el desplome de la demanda interna de los combustibles en el país.

En junio, después de dos meses de cuarentena y con múltiple problemas en la cadena local de pymes que no pudieron facturar en abril (cero fracturas en Vaca Muerta), algunas operadoras empezaron a producir con fines de exportación, un esquema que de alguna manera hizo repuntar la producción.

Fue de esta manera que los números empezaron a estabilizarse: la producción de crudo subió de mayo a junio un 21,8%, y pasó de del piso de los 130.985 bdp/d a los 159.639 bdp/d. Fue un respiro para las empresas y las arcas provinciales. En junio se ejecutaron 196 etapas de fractura, lo que permitió recuperar la actividad para las empresas asociadas y subir la producción, con destino a contratos de exportación.

Este salto en la producción también tiene otro contexto: el 18 de mayo el gobierno nacional estableció un precio sostén de 45 dólares el barril de petróleo, luego de un desplome estrepitoso que llegó a 18 dólares. Ninguna operadora podía cerrar la ecuación con esos precio y costos de producción en la industria no convencional de Neuquén.

Los números de la pandemia terminan por caer 1,8% en la producción de crudo en julio respecto de junio. Fueron 2855 barriles menos en el mes, un dato relativo.