Cómo va a ser la canasta de productos básicos que el Gobierno negocia con supermercados y empresas de alimentos
Los empresarios de la alimentación ya habían recibido, semanas atrás, el documento que explicitaba los detalles del “Programa Alimentar”. Es el plan que prepara el Ministerio de Desarrollo Social como una de las tantas medidas para ayudar a combatir el hambre. Intentaron, por varios medios, corroborar que ése fuese el paper oficial, pero no lo habían conseguido. Las empresas no sabían cuál era el real objetivo del Gobierno y de qué manera serían invitadas a participar.
Pero ayer la titular del Consejo Federal de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz, se reunió con los principales empresarios alimenticios en la sede de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), les contó cuáles son los principales ejes del programa y les pidió su “colaboración” para armar una canasta básicas de alimentos y bebidas a precios más bajos que ayude a los sectores de menores ingresos a combatir el hambre.
La funcionaria les remarcó en todo momento que el programa será “voluntario”, por lo que las empresas podrán ingresar y salir del plan cuando lo quisiesen. Y que en los próximos días terminarán de definir las categorías de alimentos y bebidas elegidas para la canasta. Será, en principio, para un segmento de 1,8 millón de personas que serán beneficiarios de una tarjeta del Banco Nación con la que podrán adquirir esos alimentos a bajo precio. “Es voluntario; le vamos a pedir un esfuerzo a toda la industria”, les dijo la funcionaria.
Según les adelantó Tolosa Paz a los directivos de Copal, están pensando en distribuir 1,2 millón de tarjetas y que el presupuesto pensado para el año próximo para este subsidio oscilará entre $50.000 millones y $60.000 millones, lo que equivale a que el monto mensual que el Estado dispondrá para este universo de personas ronda los 4.800 pesos.
Se desconocen todavía cuáles serán las categorías, pero en el documento que se filtró en las últimas semanas menciona a productos de almacén como azúcar, yerba, té, cacao, arroz blanco, caldos, mermelada, sal fina; conservas como arvejas y puré de tomates; legumbres como garbanzos, lentejas y porotos; aceites; harinas y farinaceos (polenta, fideos secos); galletitas; lácteos (leches y manteca); y bebidas como agua mineral y jugos en polvo.