El asesinato de Mora fue con ensañamiento
Sara Miranda, la autora confesa del crimen de Roque Mora, el hombre de 73 años de Plottier, quedó bajo prisión preventiva y oficialmente acusada por el crimen. Fiscalía y defensa debatieron sobre la calificación a aplicar por cerca de cuatro horas y se puso en juego, a modo de atenuante, una historia de vida signada por abusos y violencia.
«Yo no lo quería matar», dijo la mujer cuando se vio rodeada por la evidencia que la ubicaba en el lugar de los hechos y en el horario estimado por los investigadores. A pesar de que primero aseguró haber estado el viernes a la noche con una amiga, tras quedar a solas con la fiscal del caso, se quebró y con esas palabras admitió su participación en el brutal asesinato.
Sin embargo, la parte más sorprendente fue una suerte de justificación. «Quiso tener sexo conmigo por $400», manifestó la mujer tras la confesión.
Durante la audiencia de formulación de cargos, tanto la fiscalía como la defensa esgrimieron una teoría similar de las circunstancias que llevaron al hecho, solo que con discrepancias en la perspectiva del rol de la mujer.
Según el recuento de los hechos otorgado por la fiscal Sandra Ruixo, el viernes 10 de julio, minutos antes de las 20, Miranda arribó a la casa del hombre en busca de trabajo. Allí, Mora le ofreció un monto de dinero a cambio de tener sexo con él, por lo que la acusada lo atacó con diversos elementos cortantes, entre ellos restos de botellas de vidrio, desde un lugar de bronca. Previo a retirarse, la acusada limpió la escena.
Por esto, pidió que la presunta asesina sea acusada de homicidio agravado por ensañamiento y quede bajo prisión preventiva por ocho meses, por considerar acreditados los riesgos procesales.
En contraposición, y haciendo una marcada crítica a la fiscal por «falta de perspectiva de género», las defensoras Ivana Dal Bianco y Belén Rodríguez Méndez señalaron que tras la negativa de Miranda, la víctima insistió en la oferta, la tomó por la fuerza y finalmente el ataque terminó siendo en defensa propia, para zafar de un abuso.
Rodríguez Méndez relató graves antecedentes de abuso y violencia desde pequeña que, a su parecer, justifican lo impulsivo de la agresión. «Al ver su integridad nuevamente en peligro, esto disparó una reacción desmedida de defensa, y Miranda se defendió con lo que pudo y como pudo», argumentó.
El juez consideró acreditados los riesgos de fuga y entorpecimiento presentados, pero redujo el plazo solicitado por la fiscalía.
Resolución
Tras escuchar a las partes, el juez Ravizzoli dio su devolución respecto de lo expuesto y dictó la calificación de acuerdo con lo solicitado por fiscalía. Asimismo, aplicó la cautelar más gravosa solicitada, pero en primera instancia por el plazo de dos meses.
El juez consideró acreditados los riesgos de fuga y entorpecimiento presentados, pero redujo el plazo solicitado por la fiscalía.
Como parte de la investigación, se citó a al menos ocho empleadas domésticas que trabajaron en la vivienda y manifestaron haber sufrido acoso sexual por parte de la víctima.
Era un acosador compulsivo
Como parte de la investigación, se citó a al menos ocho empleadas domésticas que trabajaron en la vivienda y manifestaron haber sufrido acoso sexual por parte de la víctima