El shale oil se abre paso en la crisis mundial

En mayo, las petroleras en su conjunto ofrecían un total de 11 millones de barriles de crudo al exterior. Era –lo sigue siendo– la opción de mercado que encontraban ante el derrumbe histórico de sus ventas dentro del país. El coronavirus, el arrastre interno de baja de la actividad con cimientos en el 2019 y la puja de mercados en todo el mundo les hacen sentir el rigor de la estrechez de oportunidades.

El petróleo les sobra y el flujo corriente de dinero es un delgado hilo que las pone contra las cuerdas.

Nadie lo esperaba en este contexto. Pero desde junio, el crudo Medanito, ese blend de shale oil y petróleo convencional que se inyecta en los oleoductos que desembocan cerca del Atlántico, descubrió una vía para aliviar la emergencia: desde entonces, 1.823.200 barriles de petróleo encontraron un mercado. Primero, con las colocaciones de cinco empresas en junio por un total de 850 mil barriles. Fue una primer incursión protagonizada por Petronas, ExxonMobil, Tecpetrol, Vista Oil & Gas y Pampa Energía.

Esta semana Shell y Equinor agregaron 470 mil barriles adicionales, lo que se suma a una nueva venta de Vista programada para el primero de agosto. Será por 503.200 barriles con destino a Brasil, según fuentes del mercado petrolero.

Estas operaciones confirman el gigantesco potencial que tiene el país para convertirse en centro exportador de crudo desde Vaca Muerta. Los antecedentes en otras cuencas ya son bien conocidos: PAE hace años que exporta buena parte de su crudo desde el golfo San Jorge.

El shale oil de la Cuena Neuquina puede soportar por ahora la tasa de descuentos que sufre en la zona de puertos. Algo así como el 5% del precio de hoy del Brent, en torno a los 42 dólares. Sumado a otros descuentos, una petrolera que exportó por estos días obtuvo unos 32 dólares por barril.

Sin duda que la cifra puso en contexto un par de situaciones. Por un lado, los avances en los costos de producción (si bien buena parte de las exportaciones están motivadas por la necesidad de obtener recursos frescos), lo que les permite adecuarse a estos valores, que están lejos de ser los precios que hacen óptimo el desarrollo más profundo del shale. Solo YPF, se dice en la industria, podría asimilar con cierta normalidad un barril final a 35 dólares.