Pereyra se lanzó a otra reelección al frente del sindicato

La asamblea petrolera de Añelo sirvió para blanquear una incipiente agitación interna en el gremio de base de los trabajadores de Vaca Muerta, además de ser la herramienta para bajar el acuerdo alcanzado con las empresas para evitar los despidos en el sector.

Si algo le faltaba a la crisis en Vaca Muerta, se agitó la interna en el sindicato de los operarios petroleros. Hay elecciones en la primera mitad del segundo semestre. El líder sin oposición desde 1988, Guillermo Pereyra, ventiló la actividad de una línea opositora a la suya ante unos 10 mil petroleros reunidos en una asamblea sindical en Añelo, capital territorial de Vaca Muerta.

«Andan camionetas con personas que no son petroleros ofreciendo cargos para ir en una lista», contó a sus bases el ex senador nacional del MPN, que lleva 36 años (asumió en 1984) al mando del gremio de Petroleros Privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa. Y ahí nomás confirmó que no piensa alejarse del cargo, a menos que haya una sorpresa gigantesca en las urnas.

El sindicato tiene que llamar a elecciones después de mediados de año. Desde 1988 no tiene una contienda en las urnas. En esa oportunidad, con el 80% de los votos, Pereyra ratificó el liderazgo que había obtenido por un margen acotado en la elecciones de 1984.

«Están parando camionetas de turno ofreciendo entrar en una lista. No sé, si van todos en una lista, va a ser imposible», entonó en tiempo de discurso electoral el jefe sindical del personal de los yacimientos neuquinos.

«En estas elecciones que vamos a tener, tienen la puerta abierta, compañeros. Esta gente, que no es petrolera pero está ofreciendo cargos, que arme las listas, que tengan propuestas: ¿qué van a ofrecer en la obra social o en la farmacia?», bajó el sindicalista a una multitud que no dejó dudas de su apoyo a la continuidad de Pereyra en la cúspide del gremio.

A renglón seguido, el jefe sindical desafió a quienes quieran desbancarlo. «Que lo hagan, que se presenten. Es interesante la democracia, es interesante que participen. Esto es la democracia sindical. No vamos a ponernos en el medio para que no hagan nada, hay que dejarlos», dijo.

Y recién después fue al grano: «Lo que hay que preguntarles es cuál es el proyecto. No que Pereyra está viejo y hay que sacarlo. No hay ningún problema, pero es a través del voto de ustedes», pronunció el sindicalista, luego de mencionar a sus presuntos rivales como «algunos agoreros».

Los redoblantes acompañados del golpeteo de las palmas y el griterío de la concurrencia le pusieron el broche al capítulo electoral interno del discurso del inoxidable dirigente petrolero.