Rodeado de empresarios, gobernadores y gremialistas, Alberto Fernández aseguró: “Vine a terminar con los odiadores seriales»
El presidente Alberto Fernández aprovecha la celebración por el Día de la Independencia para recibir a representantes del Grupo de los Seis, de la CGT y de la CTA oficialista para escenificar el respaldo de ambos sectores al Gobierno en la recta final de la renegociación de la deuda. A cambio, empresarios y sindicalistas buscarán insistir ante el primer mandatario en empezar a definir la agenda de la post pandemia y debatir medidas concretas para reactivar la economía. “Yo vine acá a terminar con los odiadores seriales. No vengo a instalar un discurso único, yo sé que hay diversidad y celebro y propicio la diversidad. Diversidad de todo tipo, diversidad de género e ideológica”, dijo.
Para el acto por el 9 de julio, el Presidente sentó alrededor suyo a los empresarios, delante de una pantalla en la que se podía ver a los 23 gobernadores y el jefe de Gobierno porteño. Están Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Carolina Castro (UIA), Héctor Daer, secretario general de la CGT, Adelmo Gabbi, titular de Bolsa de Comercio, Eduardo Eurnekian, Cámara Argentina de Comercio y Servicios, Javier Bolzico, Asociación de Bancos Argentinos, Nestor Szczech, Cámara Argentina de la Construcción y Daniel Pelegrina, de la Sociedad Rural Argentina. Por el sindicalismo irán el cotitular de la CGT Héctor Daer, y el secretario general de la CTA oficialista, Hugo Yasky, diputado del Frente de Todos.
“Yo prometí que el Gobierno, el 10 de diciembre, iba a ser el gobierno de un presidente y de 24 gobernadores. Estamos unidos y trabajando para enfrentar lo que nos toca vivir”, dijo Fernández.
El respaldo que busca el presidente se suma al que consiguió el miércoles, a través de una conferencia virtual con gobernadores. En el encuentro se consiguió el apoyo de los mandatarios provinciales por las negociaciones de la deuda externa y al mismo tiempo les anunció un paquete de medidas como la extensión del Ingreso Familiar de Emergencia para todo el país, un nuevo giro de fondos y la ayuda en la negociación de la deuda en dólares que tienen las provincias.
La serie de encuentros busca mostrar un frente cerrado de cara a lo que viene en materia de renegociación de la deuda en moneda extranjera bajo ley internacional. La última oferta que hizo el Gobierno el domingo pasado fue rechazada por los principales tenedores de deuda. Sin embargo, el rechazo estuvo lejos de ser un portazo: “Si bien no aceptamos la última propuesta de Argentina, es alentador proporcionar una base para un compromiso constructivo. Estamos preparados para entablar debates sobre modificaciones que puedan lograr una reestructuración consensuada, y creemos que todavía es posible un camino hacia la resolución completa de los problemas restantes”, aseguraron los fondos más grandes.
Aunque el Gobierno insiste en que la del domingo pasado fue la oferta final, Blackrock y el resto de los grandes fondos que se mueven en bloque dan por hechas las mejoras en la oferta y se sientan a esperar alguna concesión más. El apoyo generalizado a la necesidad de cerrar la saga de la deuda le sirve a Alberto Fernández para cubrirse en caso de tener que torcer el brazo y agregar algún endulzante a la oferta.
Sin embargo, los miembros del Grupo de los Seis y de la CGT buscarán reforzar sus argumentos en favor de que se flexibilice el aislamiento para permitir una gradual normalización de las tareas y evitar que se profundice la crisis económica porque, además de los perjuicios de mantener la cuarentena para la actividad productiva y el comercio, el Gobierno redujo desde junio la ayuda para pagar la mitad de los sueldos de las empresas que están en crisis a través del programa ATP.
Estos encuentros vienen funcionando como un reemplazo para el Consejo Económico y Social, cuyo lanzamiento anunció el presidente el día que asumió y que reiteró hace un mes a los empresarios y a los sindicalistas. En realidad, la intención oficial es avanzar con el Consejo, que será creado por una ley, cuando se haya levantado la cuarentena y empiece a haber signos de estabilidad económica. Mientras tanto, busca el apoyo de un grupo reducido de representantes.