Se restauran y ponen en valor las fuentes emblemáticas de la ciudad
Como parte de las acciones de revalorización del patrimonio de Neuquén, la Municipalidad reacondiciona las fuentes de agua que son testimonio de hechos y procesos históricos del desarrollo de la ciudad y que forman parte de la identidad de las y los neuquinos.
Una de las fuentes más antiguas es la Cibeles, construida en 1930 por un español de apellido Pérez y Pérez (El Chaval) que la bautizó con este nombre en recuerdo a la existente en su ciudad natal, Zamora. Está ubicada en el bulevard de Avenida Argentina, entre San Martín e Independencia.
“Lamentablemente la encontramos sin mantenimiento, la bomba no funcionaba así que la reemplazamos por una nueva, cambiamos caños, pusimos un nuevo contactor y la pintamos”, dio cuenta Fabián Heuberger, subsecretario de Espacios Verdes, de la situación que afrontaron a poco de asumir el 10 de diciembre pasado.
Muy cerca de allí se encuentra la fuente Unión de las Confluencias, otra de las intervenidas que emplazada en Avenida Olascoaga y Mitre simboliza la unión de los ríos Limay y Neuquén y la producción de energía limpia y renovable que producen las represas.
“Hacía muchos años que no funcionaba”, explicó Heuberger, quien contó que hubo que colocar una nueva bomba y cambiarle los picos de los chorros para que vuelva a funcionar. “Además la limpiamos y pintamos completa”, dijo remarcando el objetivo del gobierno local de “priorizar la revalorización de los espacios públicos que identifican a la ciudad”.
La puesta en valor se extendió a las fuentes del Centenario de Avenida Olascoaga y las vías del ferrocarril, diseñada en 2007 por Eduardo Pla, artista ítalo argentino pionero del arte digital, y a la del Cenotafio que honra a los caídos en Malvinas, en el Parque Central.
“En la fuente del Cenotafio planteamos un trabajo muy importante, integral, removimos piedras y algas, reparamos bombas porque cuando asumimos solo funcionaba una, instalamos válvulas de entrada y de salida de agua y por supuesto la limpiamos y pintamos, incluso las letras corpóreas que la identifican”, especificó el funcionario.
La quinta fuente revalorizada fue la de la Plaza de las Banderas, construida en 2004 para el centenario de Neuquén. “Fue arduo, se realizaron trabajos de pintura en todo el espacio, tanto en la fuente como en el mobiliario, en barandas y en mástiles. Además, colocamos una nueva bomba y reparamos dos para que pueda circular el espejo de agua”, mencionó Heuberger.